domingo, 20 de diciembre de 2020

EL SITIO ARQUEOLÓGICO “CAMA PINTADA” EN CALMECA PUEBLA

 

Fidel Guerra Benítez (Cronista de San Juan Calmeca, Puebla)



En el Ejido de San Juan Calmeca, cerca de la carretera federal No. 160, se ubica un paraje denominado localmente “Cama Pintada”. Su nombre se debe a la existencia de una especie de  oquedad rectangular labrada sobre la roca caliza de un gran afloramiento que mira hacia el nor-oriente, a un costado de un valle denominado “La Joya del Desmonte”. Para los campesinos de Calmeca este sitio siempre ha sido un referente sobre el camino del pueblo y los campos de cultivo, sin embargo muy poco se podía decir sobre el significado de la innumerable cantidad de grabados que están presentes en este lugar. En el año 2018, a solicitud de la Presidencia Auxiliar de Calmeca y el cronista de la población, el Centro INAH Puebla atendió con una visita por parte de un especialista en petrograbados quien realizó un estudio preliminar sobre el sitio y es quizá la información más cercana de lo que por generaciones nos hemos preguntado en Calmeca; ¿Qué es este lugar y qué representa? La información que se presenta a continuación tiene como base el reporte del Dr. Francisco Mendiola Galván del Centro INAH Puebla sobre este sitio arqueológico, así como algunas consideraciones históricas sobre la población.

En el sitio Cama Pintada existe una gran cantidad de petrograbados que fueron realizados en diferentes épocas. Los más representativos son los correspondientes al periodo prehispánico que pudieron realizarse en el periodo posclásico (año 1200 aproximadamente), dentro de estos grabados se encuentra la propia “cama pintada”, una especie de tina o trono labrado sobre la matriz rocosa con grabados en los costados que representan a personajes y fechas calendáricas de posibles eventos que quedaron registrados. Otro elemento de ese periodo es la cabeza de serpiente que fue labrada sobre un bloque rocoso integrado. Entre otros elementos se encuentran contadores, “almohadas” de piedra y otros no definidos.

De mayor relevancia son los petrograbados que representan a personajes que usan ricos vestidos, bastón de mando, brazaletes y tocados, además de cuentas de jade que a decir del especialista del INAH representa a los pochtecas, un gremio de la sociedad mexica cuya tarea fue la de mercaderes, emisarios y hasta “espías” del Tlatoani de Tenochtitlan hacia los pueblos del sur. Por lo tanto, los elementos presentes en Cama Pintada sugieren que pudo ser un sitio ceremonial en la ruta de los pochtecas hacia el sur de Puebla y la mixteca poblana, o bien entre las conexiones de Itzocan con el centro de México.

Debido a la baja dureza de este tipo de roca, así como la facilidad de acceso, el sitio Cama Pintada ha sido lugar de expresión de diferentes generaciones de habitantes de Calmeca, así podemos encontrar petrograbados de iglesias, zoomorfos, abstractos, letras y antropomorfos. Por la cercanía de este sitio con la población actual de Calmeca podríamos suponer que una población se estableció en el mismo lugar y pudiera ser este el Calmeca antiguo. La cercanía al Río Ahuehueyo y el valle de tierras fértiles frente a Cama Pintada refuerzan esta idea, sin embargo muchos vestigios de viviendas, cerámica, piedras labradas y cuentas de jade, se han encontrado en los alrededores de la actual población de Calmeca.

La importancia de la población de Calmeca en el periodo prehispánico quedo representada en el “Lienzo de Cuexpala” y esa es quizá la referencia más antigua de su existencia. Este Lienzo-Códice fabricado en tela de algodón café coyuchi pintado con tintes naturales,  fue realizado en la segunda mitad del siglo XVI y en él se representan los límites territoriales de un señorío, un espacio geográfico que pudiera delimitar las posesiones de agua y tierras de las poblaciones asentadas en esta parte de la región mientras se iban desarrollando las haciendas y se iban posesionando de territorio en ese periodo colonial. En un extremo del lienzo se ubica el topónimo CALMECATITLA y está representado por un señor sentado en un icpalli con el glifo de Calli (CASA) de la que sale una cuerda o mecate. Ese poblado es sin duda la actual población de Calmeca la cual está unida a la población de Cuexpala por un camino de huellas humanas. Entre muchos elementos presentes en este códice, destaca una posible discrepancia entre el señor de Calmecatitla con el señor de Cuexpala por el pago de un tributo, situación que refleja la dinámica de las relaciones en esta región de la Cotlalpan.

Para fortuna de los habitantes de Calmeca, Cama Pintada ha persistido hasta nuestros días a pesar de las inclemencias del tiempo y en la actualidad representa un patrimonio histórico. Hasta hace pocos años se ha reconocido su importancia por especialistas y por los propios habitantes de Calmeca. Su relevancia quedara de manifiesto a medida que se vaya generando mayor investigación arqueológica y se vayan realizando las gestiones para convertirlo en un sitio arqueológico.

Su condición no oficial por el INAH en este momento pone en riesgo el sitio ya que por un lado el intemperismo ha dañado la roca y muchos grabados se han ido borrando y en algunos casos se han perdido los tintes originales. Por otro lado la irresponsabilidad de vecinos y visitantes quienes han realizado difusión a través de sus redes sociales como un sitio turístico,  lo somete a un proceso de mayor deterioro por una mayor afluencia de visitantes, quienes sin restricciones pueden dañar en el mejor de los casos o extraer elementos que son muy importantes para la investigación arqueológica. Deseamos todos que en el futuro podamos disfrutar de ese emblemático sitio de nuestra cultura en Calmeca y apreciar estos grabados que tienen mucho que contarnos.


miércoles, 4 de marzo de 2020

Los Cambios De Una Década

Los orígenes del pueblo de San Juan Calmeca pueden remontarse muchos años atrás, algunos cientos de años. Existe evidencia de asentamientos humanos en este lugar que corresponden al periodo del dominio Mexica, aproximadamente en el año 1200 D. C. Varios siglos después, en el periodo que siguió la Revolución Mexicana, el pueblo de Calmeca fue dotado de un ejido que según algunas versiones correspondía a un amplio territorio que abarcaba desde el Rio de Ahuehueyo, cerca de Cuexpala, hasta el río de Tepexco o Río Grande. El plano del ejido dotado a Calmeca corresponde al año de 1925 y tenía como límite sur el arroyo del pueblo donde se ubican los pozos de agua y se extendía hacia el norte cercano al límite que conocemos hoy. Un amplio espacio para una población relativamente pequeña, pero que hablaba de la importancia de Calmeca en la lucha armada. En aquellos tiempos el espacio de viviendas de Calmeca no llegaba a las diez manzanas limitadas por unas ocho calles donde habitaban aproximadamente unas 1200 personas. Esto último lo sabemos porque en fechas recientes pudimos lograr tener acceso al 5o censo nacional de población de 1930 para Calmeca, el cual arroja mucha información importante que nos permite mirar 90 años hacia atrás.

Esta revisión histórica rápida nos conduce a una reflexión sobre los cambios que han ocurrido en nuestra comunidad y basta retomar los últimos diez años para entender el ritmo acelerado con el que se modifica el paisaje debido a la demografía. En este periodo, además de las cuatro colonias ya conocidas (San Miguel, San Mateo, San Antonio y Benito Juárez), se sumaron las colonias de San Lucas, Cristo Rey, La Nopalera y Las Flores. En el futuro pudieran sumarse como colonias los asentamientos que están teniendo lugar en los parajes de "El Llano", "Chiapan", "La Mesa" y posiblemente "Los Guayabos", además de los alrededores del Bachillerato y Colonia San Mateo. Este acelerado cambio de uso de suelo se desarrolla no solo sobre las propiedades, sino también sobre terrenos ejidales y comunales, y al mismo tiempo explica otros cambios sorprendentes como la forma de transportarse dentro de la comunidad la cual se ha modificado rápidamente.

Si utilizamos el transporte público como un termómetro para medir cambios a nivel social y espacial es pertinente hacer un recorrido histórico empezando con el primer medio de transporte conocido; los burritos, los cuales fueron introducidos por los Europeos durante la Colonia Española. Los burritos fueron los medios de transporte de los que había hecho uso la gente de nuestra población hasta 1960, sin dejar de lado los caballos, machos y mulas las cuales estaban al alcance solo de algunas personas. Con los burritos se transportaba la gente a los campos de cultivos y con ellos se araba la tierra. Fueron los medios para desplazar la mercancía desde Izucar de Matamoros y las cosechas de los campos. También se usaban para la venta de productos como la leña, maíz y cacahuate hacia las comunidades aledañas. Quizá el viaje más largo que un desafortunado burrito logró hacer fue el recorrido desde Calmeca hacia comunidades cercanas al Popocatepetl como Tochimilco y Yancuitlalpan para conseguir "murillos" de pino para la construcción de los techos de las casas. En el año de 1962 se inauguró la carretera federal número 160 y a partir de entonces Calmeca quedo comunicada con las Ciudades de Cuautla Morelos e Izúcar de Matamoros, con ella llegaron los primeros vehículos automotores a la comunidad aunque los burritos se siguen utilizando hasta nuestros días.

El año 2017 nos sorprendió con la llegada de los mototaxis a nuestra comunidad. Los mototaxis no son nuevos en la región y aunque los conocíamos en otros lugares, lo sorprendente en Calmeca fue que las primeras unidades (denominadas "calandrias"), no tardaron más de dos meses en funcionamiento e inmediatamente fueron sustituidos por los mototaxis comerciales fabricados en La India.

Los inversionistas de la comunidad no tardaron en adquirir un mototaxi debido a que vieron un potencial de negocio enorme, de tal suerte que a la fecha de ese escrito, circulan por nuestra población unas 50 unidades que dan la impresión de que todo es más rápido. Es posible que una comunidad creciente como Calmeca con sus cerca de 8500 habitantes en la actualidad pueda sustentar todos estos mototaxis. Esto nos habla de la capacidad creciente de su fuerza laboral, no obstante de que carecemos de fuentes de empleo permanentes al interior de la comunidad. De esta forma la dinámica de la población incluye la circulación constante de tantos mototaxis  al mismo tiempo que exige la creación y aplicación de reglamentos para que lejos de resolver un problema no generen otros como ruido, accidentes, falta de respeto, contaminación, congestión vehicular y otros.

La tendencia demográfica en estos momentos amenaza con un crecimiento de la población de Calmeca en los siguientes quince a veinte años, el cual puede alcanzar el doble (15 000 a 20 000 habitantes) y ante este escenario surgen varias interrogantes que debemos considerar desde la sociedad, así como gobierno municipal, auxiliar y comisariados. El incremento de habitantes y el consecuente incremento de espacio a la vivienda requerirán el suministro de servicios básicos como agua, alumbrado, drenaje, pavimentación, seguridad y escuelas. Sin embargo, también deben de cubrirse otros aspectos como la oferta de empleo, las reglas de convivencia, la regularización del uso de suelo, el cuidado del medio ambiente, la ampliación de los espacios para cultivos, entre otras. Por lo tanto los desafíos que enfrentamos en Calmeca en el futuro inmediato son de un tamaño considerable que requerirá de muchos esfuerzos, imaginación y trabajo en equipo. La pregunta importante que debemos hacernos en este momento es: ¿estamos listos?